Insomnio


Mi hermana me dijo una vez: "Yo también sufría de insomnio hasta que tuve hijos. Te agotan tanto que tocas la almohada y te duermes”. Recuerdo esas palabras y no sé si reír o llorar.
Son poco menos de las seis de la mañana y después de más de tres horas de dar vueltas en la cama, me he levantado resignada para dejar de perder el tiempo  tratando de dormir. Micaela despertó pasadas las dos –había logrado por fin dormirla a las once- y al tercer intento de dejarla en la cuna logré volver a la cama y acurrucarme para dormir. Los minutos fueron pasando y, a pesar del sueño, seguía despierta, tratando de encontrar la posición perfecta, de acomodar la espalda y el cuello contracturados; y los minutos siguieron pasando, lentos, imparables… Pensé en levantarme cuando llevaba una hora, pues en alguna parte leí que después de un rato de insomnio es mejor salir de la cama, hacer algo relajante como leer (no en una pantalla y no en la cama) un rato y luego volver a acostarse, pero no quería hacerlo, no quería volver a perder el calorcito que ya había recuperado; no quería leer, ¡quería dormir! y muchas veces lo he logrado pasada una hora, así es que pensé positivo seguí con los ojos cerrados, esperando… esperando. Tampoco me levanté cuando miré de nuevo el reloj y ya llevaba casi dos horas; respiré profundo y traté de relajarme, de no pensar, de no sentir rabia, de dormir… pero no podía ¡no podía! ¡¿por qué?!¿acaso no me he cansado lo suficiente? ¿se puede más? Morfeo, ¿por qué me abandonas? No te enojes conmigo, no quise dejarte hace un rato, no fue mi culpa… perdóname, por favor… Es inútil, se ha ido. ¿Y si mejor me levanto a hacer algo útil… a escribir, por ejemplo, ya que de día no tengo tiempo? Me resistí a hacerlo porque la verdad es que no quiero estar aquí, no quiero estar escribiendo ahora, ni leyendo; me aguanté el hambre, porque no quiero comer, ni tener que lavarme los dientes otra vez… quiero dormir, quiero dejar descansar mi cuerpecito y reponer fuerzas para el día que ya se asoma, para ser una mamá paciente y no una irritable… ¡quiero dormir, por la cresta, quiero dormir!

Ya el cielo está claro y despejado, pero me cuesta sentirme alegre como el coro de pájaros que escucho. Tengo pena y tengo rabia porque estoy cansada, y ahora que por fin habría logrado ya llevar cuatro horas seguidas de sueño, mi mente me traiciona y me tiene aquí, haciendo algo “útil”, pero no… no lo es, sólo sirve para activar aún más mi cerebro, que ya no descansó más por hoy, salvo unos minutos, tal vez, cuando me siente a darle teta… eso sí, con la boca abierta y el cuello torcido. Y todas estas horas perdidas… ¿a quién se las cobro? “Hija, me debes cuatro horas de sueño, así es que toma: aquí están tus juguetes, tu papilla y un pañal limpio, yo me voy a dormir”, “Pero, mamá, yo sólo soy responsable por cuarenta minutos… te daré una hora, ve”… si al menos eso consiguiera.
Pero no quiero estar triste, no quiero sentir rabia, y recuerdo que ayer se mantuvo de pie sin sujetarse por largos segundos, y después de caer sentada, al verme celebrarlo, me regaló una de sus sonrisas derrite-polos y aplaudió también con fuerza. Tal vez hoy tenga un nuevo avance, tal vez hoy logre hacerla dormir sin teta… o al menos logre darle la teta sin dormirme yo, como casi siempre, más o menos así:

Comentarios

  1. Me encanta tu ilustración.
    No recuerdo si tuve insomnio, ni antes ni después, pero si recuerdo que daba teta acostada para aprovechar de dormir 😁

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Últimamente estoy optando por eso, pero a veces la espalda me queda torcida y pidiendo masaje >.<

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares